Misterios Gloriosos

PRIMER MISTERIO GLORIOSO: LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

(Mt 28, 5-6) “El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos.”  Palabra de Dios.

Jesús resucitado ha probado que el hombre junto a él tiene poder sobre el pecado y sobre la muerte. Jesús, ayúdanos a resucitar, sálvanos del pecado, del enemigo, danos Tu luz, danos Tu Alegría. Reaviva en nosotros el amor, la fe, la esperanza, y el regalo de la oración. Permítenos pedir a la Virgen María una fe inquebrantable. . Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

MISTERIO GLORIOSO: LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

SEGUNDO MISTERIO GLORIOSO: LA ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO

MISTERIO DOLOROSO: LA FLAGELACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

(Lc 24, 50-51; Mc 16, 20) Jesús “los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo.” Después “salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.”

Meditación: Jesús, no has abandonado a Tus apóstoles en la agonía, y les has otorgado el gozo de contemplarte ‘glorificado’ durante 40 días. Después de tu Ascensión, gratificas a aquellos que te buscan al recibir la Eucaristía. A través de María nosotros creemos en ti. María otórganos el regalo de la esperanza. Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

TERCER MISTERIO GLORIOSO: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO

(Hechos 1, 14; 2, 1-4) “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. (…) Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido (…) que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.”

Meditación: Jesús, infúndenos con el Consolador, El Espíritu Santo, enciéndenos con la Luz de tu Espíritu, con su fuerza nos penetre hasta el fondo de nuestro corazón y alivie nuestras penas. Envía- noslo para que llene nuestros corazones con tu amor. Haznos apóstoles tuyos, amado Señor. Virgen María permítenos el regalo del verdadero amor y el regalo de la oración del corazón. “Ven Espíritu Santo, Ven a nosotros por medio de la intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu bien amada esposa. Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

MISTERIO DOLOROSO: LA CORONACIÓN DE ESPINAS

CUARTO MISTERIO GLORIOSO: LA ASUNCIÓN A LOS CIELOS DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA

MISTERIO DOLOROSO: LA CRUCIFIXIÓN

(Ct 2, 10-11, 14) “¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. (…) Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y bello tu semblante.”

Meditación: Ahora que María es llevada al cielo, ella pide por sus hijos e hijas, ésos hijos e hijas que Jesús puso en sus manos cuando Él estaba en la cruz. María, ruega por nosotros, sabes nuestros temores, llévanos a tu corazón, corazón de madre. Ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte llévanos contigo al cielo. Te pedi- mos una devoción a tu Inmaculado Corazón que será nuestro refugio en nuestras tribulaciones. Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

QUINTO MISTERIO GLORIOSO: LA CORONACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA COMO REINA DEL CIELO

(Salmo 45, 14-15; Ap. 12,1) “Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada ante el rey.” Y “una gran señal apareció en el cielo; una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.”

Meditación: María permítenos llamarte, permítenos amarte, permítenos confiar en ti, porque te nos has dado. Te tenemos como madre en el cielo, necesitamos avocarnos a Ti con una fe inmensa y esperanza. Si pedimos algo mientras rezamos el Santo Rosario, nos será otorgado. Te pedimos el regalo de la oración, una oración de corazón, por Maria y por Jesús. También permítenos pedir por la perseverancia de la oración, para estar siempre unidos a tu corazón y por lo tanto al corazón de Jesús. Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS 

MISTERIO DOLOROSO: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS